
Escrito por Miguel Ángel De Renzis
El 24 de mayo del 2002 George Bush y Vladimir Putin se encontrarían en el Kremlin para firmar un acuerdo de no proliferación y de reducción de armas ofensivas estratégicas.
La prensa internacional ponderó el encuentro. Era una reunión de la CIA y la KGB. Más que dos presidentes, eran dos agentes de inteligencia, y por supuesto, en la inteligencia y la contrainteligencia abunda la mentira.
Bush había sido jefe de los espías norteamericanos y Putin había sido la máxima referencia de la KGB de la Unión Soviética en la Alemania Oriental.
Pero por supuesto, la prensa argentina aplaudía la supuesta pipa de la paz.
Un año después, Néstor Kirchner se preparaba para asumir la presidencia el 25 de mayo del 2003. El pacto de yanquis y rusos tenía un año y nunca lo habían cumplido.
Estados Unidos destrozó a Siria, Afganistán, Irak y cuanta cosa se le ocurrió. Y la prensa que hoy habla de la invasión rusa a Ucrania defendia lo que según decía, se hacía en nombre de la libertad y la democracia.
Todo un gran mamarracho.
Esa misma prensa alabó cuando en el 2005 Putin fue el primer ruso que visitó Israel, y aplaudió cuando el 4 y el 5 de octubre estuvo en Londres firmando acuerdos con el entonces ministro Tony Blair.
¿Quién es Putin?
Nació en San Petersburgo el 7 de octubre de 1952. El día de su nacimiento la República Federal de Alemania cumplía tres años de existencia. Había sido creada el 7 de octubre de 1949.
Cuando el 9 de noviembre de 1989 se unifica Alemania, después de la caída del muro de Berlín, en la Universidad de San Petersburgo Vladimir Putin, abogado y vicerrector, se lamentaba en la sala de profesores el momento del achique de la Unión Soviética.
Él había estado sirviendo en Dresden, Alemania Oriental, como jefe de la contrainteligencia en pleno desarrollo de la guerra fría.
Los rusos habían hecho construir un muro de 156 km 400m que durante 28 años trató de evitar la fuga de la Alemania Oriental a la Occidental, pese a lo cual 5.078 personas pudieron hacerlo y 140 murieron en el intento. El muro se empezó a construir en 1961.
Putin tuvo bajo sus órdenes entre otros, a Angela Merkel.
En 1964 la inteligencia rusa lo había preparado en el manejo del idioma inglés y alemán. En el ’70 volvió a San Petersburgo. En el ’91 se transforma en asesor del candidato a jefe de gobierno de la ciudad. En el ’97 ingresa al Kremlin. En el ’98 es jefe de la seguridad interior de Rusia. Boris Yeltsin lo prepara como futuro primer ministro. Y así es primer ministro, presidente interino, presidente de la república.
Vladimir Vladinovich Putin hace 20 años es el hombre más poderoso de Rusia. En la KGB se registra su ingreso en el año 1975.
Los argentinos, con mucha facilidad solemos trasladar los problemas de otros a nuestro debate.
Mientras tanto, la prensa canalla hace referencia constante y permanente a la “embajada”.
En Buenos Aires hay 85 embajadas de países extranjeros. Sin embargo para el consumo propio nos convencieron que hay una sola embajada, la norteamericana. Que tampoco es norteamericana porque en Norteamérica hay otros países, sino que es estadounidense.
Y así entonces nos trasladan la guerra de los refugiados de Miami, del problema de los venezolanos, las agresiones y atentados en distintas partes del mundo, pero siempre con un objetivo, la verdad está en el mundo occidental. Y debe ser cierto.
Porque Marx y Engels escribieron el marxismo en Alemania para que explotara en Inglaterra. Y ocurrió en Rusia.
Y debe ser así. Porque los que ganaron la guerra son occidentales, se dividieron el mundo, inventaron la globalización y transformaron a las potencias comunistas Rusia y China, en potencias capitalistas.
Atrás quedaron Hiroshima y Nagasaki, porque total eran orientales.
Atrás queda África mutilada, porque al fin y al cabo es la nación negra que siempre dominaron los occidentales, ingleses, francés, portugueses, holandeses, belgas, yanquis, etc.
Nos hablan del mundo occidental y cristiano, pero resulta que Putin es ortodoxo ruso, va a misa todos los días, y el presidente ucraniano es de fe judía. Pero los nazi son los ucranianos.
Mientras compramos la confusión de otros recordemos que los imperialismos son eso, imperialismos.
Y que mientras discutimos, a los rusos y ucranianos un inglés va a presidir la misión del FMI que trimestralmente vendrá a controlar al gobierno argentino porque un “amante de la libertad y la democracia” como Mauricio Macri nos enterró con el Fondo Monetario.
Mientras tanto el amigo del mundo occidental nos manda un embajador que es abogado de los fondos buitre, para que la embajada estadounidense garantice la cobranza de la estafa que el amigo de Macri y de Putin, el loco Trump, nos obsequió.
La seguimos el lunes a las 6, por AM 650 Radio Belgrano.


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