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Carlos Blaquier a juicio oral por la Noche del Apagón

A Carlos Blaquier y Alberto Lemos se los investiga, en distintas causas, por la desaparición de más de 400 personas de la empresa Ledesma. En julio de este año se cumplieron 45 años de la Noche de los Apagones.

El juzgado federal N° 2 elevó a juicio oral la segunda causa en la que se encuentran procesados el dueño de Ledesma, Carlos Blaquier, y el ex administrador general Alberto Lemos, por los delitos de Lesa Humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar.

En la causa, el empresario es investigado por los secuestros que tuvieron lugar entre el 20 y 27 de julio de 1976 en Libertador General San Martín, Ledesma y Calilegua, también conocido como la “Noche del Apagón”.

“Las detenciones ilegales ocurridas durante las ‘Noches del Apagón’ fueron masivas y se llevaron a cabo prácticamente al mismo tiempo. Todo ello involucró y demandó un número de vehículos superior al escaso parque automotor del que disponían las fuerzas de seguridad locales”, describió el juez. “Por ello, el aporte de vehículos de la empresa habría sido determinante para contar con transporte suficiente para hacer frente a las privaciones ilegales de la libertad colectivas ocurridas durante un breve lapso de tiempo y que perjudicaron a las 20 víctimas de las ‘Noches de los Apagones’”, añadió.

Ricardo Arédez, hijo del intendente jujeño desaparecido Luis Arédez, contó que “hace muchísimos años”, junto a las madres y padres, estaban esperando que la justicia pudiera avanzar en el juzgamiento a los responsables empresariales.

“Es reparador”, dijo Eva Arroyo, referente de HIJOS Jujuy. “Es fundamental para las víctimas, que tantos años pusieron el cuerpo y construyeron la condena social hacia Ledesma, que el Estado –a través del Poder Judicial– reconozca que lo que denunciaron es la verdad histórica”, añadió.

Blaquier es quizá el empresario nacional más reconocido por su ligazón con la dictadura. Sus defensores no desmienten su amistad con quien fuera el ministro de Economía del régimen de facto, José Martínez de Hoz. Lemos le dijo a la Madre de Plaza de Mayo, Olga Márquez de Aredez que había que “limpiar a los indeseables”. Lejos de ser un caso aislado, son muestra de cómo actuó una parte importante del empresariado durante el terrorismo de Estado.
Según estimaciones de la Procuraduría de Crímenes Contra la Humanidad, hay una treintena de causas sobre los responsables empresariales, que empezaron a registrar avances en los últimos tiempos. Uno de esos logros fue la confirmación reciente de la condena a dos exdirectivos de la automotriz Ford que tuvo impacto a nivel internacional, pero falta mucho todavía.

Las demoras que se produjeron desde el 2012 hasta ahora dilataron el avance de causas importantes, como lo son investigaciones sobre hechos de desaparición, tortura y asesinato. “La irregular decisión de Casación y la dilación de la Corte Suprema en revocarla provocaron una demora de extrema gravedad. En ese tiempo, Blaquier, de 94 años, y Lemos, de 79, lograron evitar el debate donde comenzaron a ser juzgados los demás imputados militares”, comunicó el escrito.

De este modo, el comunicado detalló que “en este contexto resulta urgente avanzar hacia el próximo paso del proceso judicial sin más demoras, como única forma de reparar aunque sea en forma parcial el daño causado a familiares y víctimas y hacer justicia respecto de estos gravísimos crímenes cometidos”. Ambos imputados habrían actuado junto con los represores de la última dictadura militar, destacándose también el secuestro de Luis Ramón Arédez, jefe comunal de Libertador San Martín.

Memoria, Verdad y Justicia

Luis Arédez, el padre de Ricardo, fue intendente de Libertador General San Martín desde el 1° de junio de 1973 hasta el 24 de marzo de 1976, cuando lo secuestraron. Estuvo un tiempo detenido en La Plata. Lo liberaron el 5 de marzo de 1977. Sin embargo, el 13 de mayo de ese mismo año lo vuelven a secuestrar y lo desaparecen. Durante su gestión le había querido cobrar impuestos municipales a Blaquier.

“Tenía una fuerte relación con el movimiento obrero y villero. Él siempre dijo que tenían que pagar impuestos los que más poder económico tenían.  Un solo mes pago impuestos Ledesma. Con eso mi padre hizo un barrio obrero completo. A los ocho meses le hacen un golpe institucional a mi padre y lo acusan de ser un infiltrado marxista. Lo sacan con una ametralladora de la municipalidad. Él consigue sacar las carpetas con su proyecto político. Luego, lo desaparecen a él y al proyecto en un allanamiento que tuvimos”, recordó.