Abogada de 51 años y dirigente destacada en el área de Trabajo en los gobiernos de Michelle Bachelet y Gabriel Boric, se impuso en las primarias y representará al bloque progresista en las elecciones presidenciales del 16 de noviembre próximo.
Por Cecilio Panella
Jeannette Jara obtuvo el 60% de los votos, superando ampliamente a la candidata de la socialdemocracia, Carolina Tohá, con el 28% de los votos. Tercero llegó el candidato del Frente Amplio (el partido del presidente Gabriel Boric), Gonzalo Winter, con el 9%, y el representante de la Federación Regionalista Verde Social, Jaime Mulet, sumó un 2,75%.
Su triunfo marca un hito para el Partido Comunista, que por primera vez lidera la candidatura presidencial de todo el bloque progresista.
Las primarias se realizaron con voto voluntario y registraron una baja asistencia de poco más de 1.400.000 votantes, lo que equivale al 9% del padrón.
Nacida el 23 de abril de 1974 en Conchalí, una comuna popular del norte de Santiago, Jara proviene de una familia trabajadora y se ha definido públicamente como “hija del Chile real”.
“No vengo de la élite, sino de un Chile que se levanta temprano a trabajar”, amplió.
Su irrupción como principal referente de la izquierda chilena no es reciente: es el resultado de más de tres décadas de trayectoria política, iniciada en las Juventudes Comunistas durante los últimos años de la dictadura militar.
Ya en democracia, Jeannette fue presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago de Chile.
Propuestas
Jeannette Jara fue ministra de Trabajo durante tres años, y desde allí impulsó tres de las políticas más valoradas del gobierno de Boric: la reducción de la jornada laboral a 40 horas, los aumentos sostenidos del salario mínimo (con participación de la Central Unitaria de Trabajadores), y la reforma previsional, que busca terminar con el sistema de capitalización individual heredado de la dictadura.
Ya en campaña, insiste con la eliminación del sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).
Creado durante la dictadura de Pinochet, en 1980, el sistema de AFP —basado en la capitalización individual— ha sido objeto de duras críticas por generar pensiones insuficientes, especialmente para mujeres, trabajadores informales y personas con trabajos intermitentes.
Jara propone su reemplazo por un modelo público, solidario y de reparto, con el objetivo de recuperar el rol del Estado en la garantía de derechos sociales y asegurar pensiones dignas, al margen de los vaivenes del mercado.
Otro punto clave en la plataforma de Jara es su posición crítica respecto al acuerdo entre Codelco y SQM para la explotación del litio en el Salar de Atacama.
Este convenio busca que Codelco, la empresa estatal, asuma el control mayoritario de las operaciones a partir del próximo año. Sin embargo, la participación de SQM —una empresa privada vinculada al pinochetismo y con antecedentes de irregularidades— genera fuertes controversias.
Las derechas
Desde el otro lado del espectro político, la derecha chilena no fue a primarias y presenta tres variantes: José Antonio Katz (Partido Republicano), Evelyn Matthei (Chile Vamos) y Johannes Kaiser (Partido Nacional Libertario).
El mejor ubicado según las encuestas es el ultraderechista Kast, derrotado por Boric en el balotaje de 2021, quien busca polarizar con la postulante izquierdista.
Calificó el triunfo de Jara como la consolidación de una “candidatura de izquierda radical” que representa “la continuidad de un Gobierno fracasado”.
Por su parte, Matthei, aspirante de la derecha liberal, dijo que “los chilenos no quieren peleas ideológicas. Quieren soluciones concretas”.
Matthei, quien ya perdió una elección presidencial con Bachelet, es la hija de Fernando Matthei, quien fue jefe de la Fuerza Aérea y tuvo un papel destacado en la sangrienta dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet (1973-1990).
Guillermo Ramírez, presidente de la conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI), indicó que “Jara es lo peor de este Gobierno, es más de lo peor, porque representa lo más extremo de este Gobierno”.
En tanto, el líder libertario Kaiser -que busca repetir el fenómeno de Javier Milei en Argentina- opinó que “el Partido Comunista es un peligro para nuestra institucionalidad”.
En una caza de brujas digna de otros tiempos, afirmó que “ellos (los comunistas) tienen relaciones con grupos subversivos en nuestro país y fuera de él”.
Un Chile polarizado
En su primer discurso tras su triunfo, Jara abogó por construir un frente de izquierda «lo más amplio posible» para resistir la arremetida conservadora.
“Hoy no soy la candidata del Partido Comunista, soy la candidata de la coalición de centroizquierda del país”, dijo en ese sentido.
“No nos engañemos: enfrentamos un escenario donde el populismo de ultraderecha ha crecido”, advirtió Jara.
Todo parece indicar (eso dicen todos los sondeos) que Kast y Jara se perfilan para la elección de noviembre. Y serían los dos candidatos que disputarían la segunda vuelta del 14 de diciembre próximo, donde la derecha se abroquelaría con el candidato que pueda impedir el triunfo de la izquierda.
Precisamente, el presidente Boric, que transita su último año de gobierno (no hay reelección en Chile), expresó que «lo que viene no será fácil, pero Jeannette sabe de batallas difíciles. Ahora, todos juntos a trabajar por la unidad y convocar a la mayoría a construir un país más justo y feliz”.
Según el comunicador chileno Leonel Poblete Codutti “por primera vez en muchos años, una figura con trayectoria, con discurso de clase y con resultados concretos en mano, se pone al frente del espacio progresista. No es una candidatura testimonial ni simbólica: es una postulación con vocación de mayoría, que recupera el conflicto distributivo como eje del debate”.
Aseguró que “lo que se abrió con esta primaria es una posibilidad: la de volver a pensar un proyecto político que no se limite a gestionar lo existente, sino que dispute el modelo desde abajo, con una agenda de derechos concretos y con el trabajo en el centro de la escena”.
Chile, que eligió democráticamente a un jefe de Estado marxista en 1970, Salvador Allende (Partido Socialista), nunca ha votado a un presidente de las filas del Partido Comunista. Quizá Jeannette sea la primera.
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