Por Cecilio Panella
La camioneta donde se trasladaba el expresidente de Bolivia Evo Morales sufrió este domingo por la mañana un ataque a balazos, en la ruta que une las localidades de Villa Tunari y Lauca Ñ, en el Trópico de Cochabamba.
Dos camionetas intentaron detenerlo y sus ocupantes dispararon contra el vehículo en el que Evo viajaba como acompañante, en el que resultó herido el chofer, con cortes en la cabeza y una lesión en el brazo.
El vehículo recibió 14 impactos de bala, pero el líder indígena resultó ileso.
El expresidente atribuyó la responsabilidad del ataque al presidente Luis Arce, su ex aliado con quien actualmente mantiene un duro enfrentamiento.
“Lucho (Arce) se volvió loco, va a pasar a ser el peor presidente de la historia, meterle bala a un expresidente ya es el colmo”, exclamó Evo.
Un vídeo grabado por una mujer desde el asiento trasero de la camioneta de Morales, muestra al expresidente en el asiento del copiloto encogiéndose para protegerse, los agujeros de bala en los cristales y la sangre que corre por la cabeza del chofer.
“Nos están disparando. Agáchate Presi, agáchate”, dice la mujer con tono desesperante mientras en la imagen se ve a Evo hablando por teléfono. “Nos están disparando, rápido movilicen”, se escucha su voz en el teléfono en medio de la situación crítica.
Todo ocurrió a la altura del cuartel de la Novena División del ejército, que tiene sede en esta región.
Respuesta del gobierno
Horas después del ataque, el presidente Arce negó cualquier participación en un complot para atentar contra Morales y ordenó una “inmediata y minuciosa investigación”.
“No es con la búsqueda de muertos que se resuelven los problemas ni con especulaciones tendenciosas”, escribió el presidente en las redes sociales, aunque calificó el ataque de “presunto”.
En esa línea, el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto
Ríos, indicó que también investigarán la posibilidad de que se haya tratado de un “autoatentado”.
Por su parte, Morales se considera víctima de una campaña política en su contra, por la lucha encarnizada que libra contra Arce por la conducción de la izquierda boliviana y la candidatura del Movimiento al Socialismo (MAS) en las elecciones de 2025.
Dirigentes evistas dijeron que “hoy se ha cumplido el plan de intentar matarlo, después de que los intentos de destrozarlo políticamente y procesarlo judicialmente fracasaran”.
En tanto, seguidores de Morales localizaron y quemaron los dos autos presuntamente utilizados en el ataque al expresidente
Grave denuncia
El ataque contra Morales se dio luego de que el exmandatario fuera denunciado a principio de mes por abuso de una joven de 15 años y de un bloqueo de casi dos semanas en que sus seguidores paralizaron medio país.
El Chapare es desde hace 14 días el epicentro del bloqueo por parte de los campesinos evistas contra del Gobierno de Arce y para evitar que Morales sea detenido por la policía.
Existe un pedido generalizado de habitantes y transportistas, en particular de los de Cochabamba, de que el gobierno desbloquee a la fuerza las rutas que siguen cortadas.
Juan Ramón Quintana, exministro de Presidencia y estrecho colaborador de Morales, sugirió que la vida del expresidente corre riesgo en Bolivia y que la comunidad internacional debe ayudarlo a salir del país.
Sin embargo, el expresidente había señalado: “Yo no estoy oculto, no tengo por qué escaparme. No soy ningún delincuente para ocultarme”.
Repudio generalizado
La Dirección Nacional del Movimiento al Socialismo (MAS) emitió un comunicado que presenta a Arce, Eduardo del Castillo (ministro de Gobierno) y Edmundo Novillo (ministro de Defensa) como responsables del atentado.
El acontecimiento “es la demostración evidente de que estamos ante un gobierno fascista que no duda en atentar contra la vida del expresidente Evo Morales, de contratar grupos paramilitares, de criminalizar la protesta social y de llevar a Bolivia a un enfrentamiento fratricida”.
En el ámbito latinoamericano, Cristina Kirchner fue una de las primeras figuras que expresó su apoyo a Evo.
“Toda mi solidaridad con el expresidente del Estado Plurinacional Bolivia ante el criminal atentado que sufrió. Y un pedido al actual gobierno para que adopte todas las medidas necesarias para garantizar su seguridad e integridad física”, reclamó la expresidenta argentina.
Por su parte, el expresidente de Ecuador, Rafael Correa, extendió un abrazo solidario y latinoamericano a Evo. “Piensan que la lucha de los pueblos la pararán con balas asesinas”, escribió en su cuenta en X.
“Toda mi solidaridad a Evo, el fascismo asciende en toda América Latina. Ya no es solo la eliminación jurídica, ahora pasan a lo de siempre: la eliminación física”, afirmó el presidente colombiano, Gustavo Petro.
“Rechazo y repudio enérgicamente el intento de asesinato contra el hermano Evo Morales. Confío en que Bolivia y sus instituciones, investigarán en profundidad y darán con los responsables”, expresó el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro,
“Este aborrecible hecho constituye un acto de violencia fascista que busca inocular la violencia y el odio político en la sociedad boliviana”, agregó.
En tanto, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, rechazó “el intento de asesinato del hermano Evo Morales, expresidente de Bolivia, cobarde agresión a la paz y la estabilidad”.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, condenó por su parte el “violento atentado” contra Evo y pidió tomar medidas “urgentes” para garantizar la seguridad del líder indígena.
Volviendo a la Argentina, el líder de la Corriente Clasista Combativa (CCC), Juan Carlos Alderete, calificó de “lamentable y preocupante el intento de magnicidio” contra Evo Morales.
Agregó que los líderes populares están en peligro “ante el avance de las fuerzas reaccionarias pro imperialistas”, que quieren que nuestros países “solo sean reserva de recursos naturales para saquearlos cuando lo necesitan”.
Noticia relacionada: Bolivia: Evo y Lucho, enemigos íntimos
Más artículos relacionados
Ecuador le dijo NO al presidente Noboa y Trump se queda sin bases militares
Chile: Jara ganó ajustadamente, pero el derechista Kast se impondría en el balotaje
Río de Janeiro sangra de nuevo tras un operativo del bolsonarismo en dos favelas