
Por Cecilio Panella
La jefa de la oposición venezolana no asistió a la entrega del Premio Nobel de la Paz que se realizó en Oslo, debido a que no llegó a tiempo por los inconvenientes que tuvo para salir de su país.
En su lugar, fue su hija Ana Corina Sosa Machado quien recibió el galardón y leyó el discurso de agradecimiento en inglés.
A través de un audio, María Corina Machado informó que se encontraba en camino hacia Noruega desde su lugar de “clandestinidad” en Venezuela, pero que llegaría algunas horas después de la ceremonia.
“Debo decir que mi madre nunca rompe una promesa. Y por eso, con toda la alegría de mi corazón, puedo decirles que en solo unas horas podremos abrazarla aquí en Oslo después de 16 meses”, dijo la hija de Machado al comienzo de su discurso.
Luego leyó el texto enviado por su madre, en el que la dirigente opositora venezolana habla de “casi tres décadas de lucha contra una dictadura brutal” y reitera que en las últimas elecciones presidenciales “Edmundo González Urrutia ganó con el sesenta y siete por ciento de los votos, en cada estado, ciudad y pueblo”.
Nobel anti Maduro
El presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, dedicó gran parte de su discurso a fustigar al presidente venezolano, Nicolás Maduro.
“Debe aceptar los resultados electorales y renunciar a su cargo. Debe sentar las bases para una transición pacífica hacia la democracia, porque esa es la voluntad del pueblo venezolano. María Corina Machado y la oposición han encendido una llama que ninguna tortura, ninguna mentira y ningún miedo podrán apagar”, dijo.
Frydnes también defendió a la galardonada de quienes rechazan su figura por haber instado a una intervención extranjera en su país, liderada por Estados Unidos.
“La señora Machado ha solicitado atención, apoyo y presión internacionales, no una invasión de Venezuela. Ha exhortado a la población a defender sus derechos por medios pacíficos y democráticos”, consideró el presidente del Comité.
Repitiendo el discurso de Donald Trump y en línea con la política exterior estadounidense, Frydnes lanzó que “detrás de Maduro están Cuba, Rusia, Irán, China y Hezbolá, que proporcionan armas, sistemas de vigilancia y vías de supervivencia económica. Hacen que el régimen sea más robusto y más brutal”.

Milei en Oslo
El presidente argentino llegó un día antes de la distinción a la capital noruega. Vestido con un mameluco de YPF, que le quedaba algo holgado, aseguró que su viaje tenía un propósito histórico, “acompañar a la nueva Nobel de la Paz”.
Durante el acto Javier Milei sí vistió de traje y ocupó la segunda fila, acompañado por su hermana, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
A su lado se ubicaron los otros tres presidentes latinoamericanos que viajaron a Noruega para apoyar a la líder de la derecha venezolana: Santiago Peña (Paraguay), Daniel Noboa (Ecuador) y José Raúl Mulino (Panamá).
Tras la ceremonia, Milei canceló las reuniones previstas con el rey noruego Harald V y con el primer ministro Jonas Gahr Støre, y se volvió a Buenos Aires sin la foto buscada con Machado.
Curazao
Machado abandonó su país en una operación secreta para trasladarse a Europa, según informaron funcionarios del gobierno de Trump al diario neoyorquino Wall Street Journal.
Según la prensa, la dirigente opositora salió de Venezuela en una lancha rumbo a la isla holandesa de Curazao, en el Caribe, en una operación discreta y diseñada para no comprometer su seguridad.
Desde allí habría abordado un avión privado hacia Europa, aunque el punto de despegue no fue aclarado.
Parece una película de Hollywood más que un hecho de la realidad, pero es lo que expresaron en el gobierno estadounidense.
Machado se encontraba en la clandestinidad desde agosto de 2024, tras impugnar las elecciones donde fue reelecto a Maduro, y no ha sido vista en público desde el 9 de enero, cuando fue brevemente detenida tras unirse a una protesta en Caracas.
Para poder llegar a Oslo, Machado tuvo que burlar una prohibición de salida del país, y ahora se arriesga a que el gobierno la considere prófuga tras abandonar territorio venezolano.
Un velorio
El chavismo lanzó fuertes críticas al Comité Nobel por la distinción a Machado y lo calificó como un premio “manchado en sangre”.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez dijo que la ceremonia de premiación fue “un velorio” y que “el show fracasó, la señora (Machado) no se presentó”.
Rodríguez echó en cara “la hipocresía de los organismos por la paz” y le recriminó al Instituto Nobel haber distinguido en el pasado al ex primer ministro británico Winston Churchill con el Nobel de Literatura por sus memorias, y al ex jefe de la diplomacia estadounidense Henry Kissinger, quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1973.
“Nosotros no sabemos nada de esa subasta”, dijo por su parte el ministro del Interior, Diosdado Cabello, aludiendo a la ceremonia del Nobel. “Eso es una subasta al mejor postor. Lo único que tienen que hacer es revisar a quién le han dado ese premio antes”, argumentó.
El mismo día del Nobel, en una masiva movilización, Maduro dijo que “desde Venezuela pedimos y exigimos cese al intervencionismo ilegal y brutal del gobierno de Estados Unidos en Venezuela y en América Latina”.
“Decimos no al intervencionismo, no a los planes de desestabilización de cambio de régimen, allá al gobierno de Estados Unidos, que se dediquen a gobernar su país”, gritó Maduro durante la movilización.
Otro Vietnam
En una escalada de la presión de Estados Unidos en el Mar Caribe contra Venezuela, Trump reconoció que sus fuerzas incautaron un buque petrolero frente a las costas venezolanas.
“Incautamos un petrolero en la costa de Venezuela; un petrolero grande, muy grande, de hecho, el más grande jamás incautado», dijo Trump, quien agregó: “Asumo que nos quedaremos con el petróleo”.
El Pentágono llevó a cabo ya más de 20 ataques contra presuntos barcos de narcotraficantes en aguas cercanas a Venezuela y Colombia, en los que mató a más de 80 personas.
Trump sugirió en numerosas ocasiones que Estados Unidos podría atacar por tierra y que los “días de Maduro están contados”.
A propósito, el principal asesor de política exterior del presidente brasileño Lula, Celso Amorim, alertó que una intervención militar de Estados Unidos en Venezuela podría desencadenar en un conflicto regional de largo alcance, comparable al de Vietnam.
Para Amorim, un ataque estadounidense no solo transformaría a Sudamérica en “una zona de guerra”, sino que arrastraría a otros actores internacionales y reavivaría sentimientos antiamericanos en toda la región.-

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