Mientras crecen con pasos de gigante las inversiones armamentísticas en el planeta, hay una terca persistencia de la ternura. Mientras la deshumanización se ahonda, hubo un incremento interanual del gasto militar que no ha cesado a lo largo de la última década, pero, como contrapartida, el espíritu y los sueños de “El Principito” siguen vigentes. Por Carlos Del Frade (*) En esta cápsula espacial, única y cada vez más limitada, atravesada por crueldades sintetizadas en las infancias de Gaza, en los muros que se multiplican y la imparable violencia y…
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