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En 18 años, los subsidios a la energía triplicaron a la deuda externa

Entre 2002 y 2020, el Estado puso U$S 143.000 millones para pagar subsidios a la electricidad. Al FMI se le deben U$S 43.000 millones.

En Argentina, el tema de los subsidios a los servicios básicos siempre estuvo en vilo y manejando números astronómicos. Y este fin de semana, el Instituto Argentino de la Energía General Mosconi presentó su análisis Tendencias Energéticas, en el cual quedó evidenciado que el Estado pagó más del triple de lo que debe por la deuda externa para costear la electricidad de los argentinos.

En concreto, con los U$S 9.000 millones que se pusieron en el último año para subsidiar la energía, lo que se lleva pagado en ese rubro entre 2002 y 2020 alcanzó los U$S 143.000 millones, mientras que la deuda externa actual, con el pago de U$S 1.900 millones que se hizo recientemente, es de U$S 43.000 millones. Es decir, se gastó en subsidios energéticos el triple de lo que le debemos al FMI.

Lo que se subsidió en los pasados 12 meses es el valor más alto de los últimos cuatro años. La pandemia y el congelamiento de precios, por supuesto, tuvo una altísima influencia.

El alto costo de la generación eléctrica, los gastos del Plan Gas y de los incentivos a la producción y toda la energía que hubo que importar desde Bolivia más lo que hubo que comprarle a Gas Natural Licuado, también son parte de la explicación de la astronómica inversión que hubo que hacer.

Julián Rojo, miembro del Instituto Argentino de la Energía, le comentó que “el peso de los subsidios comienza a transformarse en un problema macroeconómico. La implementación de la segmentación tarifaria, que podría haberse implementado mediante un mecanismo ya existente, se demora muchísimo”.

Para peor, se estima que los subsidios del año 2021 alcanzarán los U$D 10.000 millones.

Del dinero invertido en los últimos 20 años, U$S 84.000 millones salieron desde la Compañía Administradora del Mercados Mayorista Eléctrico (Cammesa) y U$S 59.000 millones a través del Tesoro Nacional.

Mirando a futuro, Juan Carlos Blanco, de ENEL Argentina, dijo que “no hay futuro posible si no logramos condiciones que habiliten el despliegue de la transición energética. El congelamiento tarifario no resuelve los desequilibrios macroeconómicos, pero sí afecta la viabilidad y las inversiones del sector energético. En condiciones de tipo de cambio adecuado o estabilizado, señaló, el mantener las tarifas de servicios desactualizadas no parece ser un camino en el que los beneficios superen a los perjuicios”.

fuente actualizate.ar

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