Escrito por Miguel Ángel De Renzis
Duele escribirlo. Pero es parte de nuestra realidad. Duele porque nosotros siempre buscamos la unidad nacional. Porque para nosotros primero está la Patria.
Para ellos, no.
Lo demostraron en Caseros asociándose a los brasileños. O en la guerra de la Triple “Infamia”, donde nos metió Mitre contra Paraguay.
Nosotros, no.
Nosotros le devolvimos al pueblo paraguayo los atributos de la guerra y ellos nos agradecieron haciendo a Perón general de su ejército.
Ellos, con Rivadavia y Macri, crearon deuda a 100 años.
Nosotros con Perón repatriamos en el ’46 la totalidad de la deuda externa y con María Estela Martínez de Perón comenzamos a reducir las deudas de la mal llamada “revolución argentina”.
No nos perdonaron. Al igual que en Caseros con Rosas, y con los peronistas como con los federales.
Los unitarios porteñistas terminan de demostrar que pretenden que el feudo de la ciudad esté por encima de la ley nacional.
Nosotros hicimos una constitución en 1949 a través del voto ciudadano. Ellos la reforman con la “fusiladora”.
Siempre quisimos un país para todos. Ellos se preocuparon por el negocio agroexportador, y hace un ratito nada más, nos endeudaron con el Fondo Monetario Internacional y mandaron el oro a Londres.
Nosotros nacionalizamos la banca. Ellos extranjerizaron hasta la educación.
A nosotros nos motiva Almafuerte como ejemplo de educador, a ellos Sarmiento que decía que la Patagonia era chilena.
Ellos bombardearon, fusilaron, desaparecieron. Violaron la tumba de Perón, cortaron sus manos en un rito masónico y nunca pidieron disculpas.
Y a propósito la Gran Logia de Aceptados y Libres Masones rito escocés está preparando su mayor infamia. Así como sostienen que la Logia Lautaro de San Martin era masónica, cosa que está demostrado que no, ahora está preparando un documento para decir que Perón era masón.
Ellos son eso: mienten históricamente y cuando instalan una mentira logran objetivos increíbles. Aquí denunciamos lo que están preparando.
Ellos se exiliaron siempre en el Uruguay. Ellos son los grandes evasores. Nosotros, dieciocho años proscriptos. Pero cuando fuimos gobierno, siempre pudieron participar todas las expresiones políticas.
Ellos son los dueños de los nombres de las calles de Buenos Aires. Nosotros, el 17 de octubre del 45 nos apropiamos de esas calles.
Para ellos fuimos el aluvión zoológico. Y resulta que ellos son los gorilas.
Ellos son los Américo Ghioldi o los Fernando Iglesias. Los que creen que se terminó la leche de la clemencia.
Ellos son los de la ley Mucci. Nosotros, los de la CGT de Ubaldini.
Por eso duele escribirlo porque Perón cambió un apotegma por aquella frase que “para un peronista no hay nada mejor que otro peronista”, la reemplazó por la de “para un argentino no debe de haber nada mejor que otro argentino”.
Pero ellos no quieren. Ellos sostienen que las Malvinas son inglesas, que hay que cambiarlas por vacunas, o aplauden a Macri cuando homenajeó a Margaret Thatcher, la criminal de guerra no juzgada, o le pidió disculpas al rey de España.
Nosotros fuimos la Juventud Peronista del Operativo Cóndor, cuando en plena dictadura de Onganía los jóvenes patriotas izaron la bandera nacional en Malvinas.
Ellos o nosotros. Están en la batalla final.
Para esta fecha, en 1945 Perón buscaba refugio para evitar ser asesinado. Al frente de los que buscaban para matarlo estaba el mayor Desiderio Fernandez Suarez, que no pudo matar a Perón pero que sí logró ser cómplice del asesinato de los fusilados de León Suarez en el 56.
El 8 de octubre del 45 Perón cumplía 50 años, y debió escapar de Ayacucho y Posadas, donde vivía, hacia la localidad de Florida, para refugiarse en la casa del Mayor Arrieta, casado con una de las hermanas de Evita. Esa casa, situada en Warnes e Hipólito Yrigoyen, se podía ver hasta no hace mucho, actualmente fue reemplazada por la extensión del Colegio Lasalle que la compró.
Ellos siempre fueron la muerte. Nosotros, la vida. Y cuando nos obligaron supimos dar la vida por Perón.
En la semana del natalicio y del 17 de octubre Perón fue y será guía y luz de la revolución social.
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