Vecinos de Villa Amancay y Amboy, provincia de Córdoba, encontraron en la crisis una gran oportunidad para fortalecer los lazos solidarios y contribuir con los sectores más vulnerables de la región.
Villa Amancay y Amboy son dos pequeños pueblos del Valle de Calamuchita en la provincia de Córdoba. Ambos pueblos cuentan una modesta población menor a los 1000 habitantes, que en gran medida dependen del turismo como principal actividad económica, por lo que el impacto del coronavirus no les fue indiferentes.
Sin embargo, la problemática de la pandemia pudo mostrar una cara positiva al animar el espíritu solidario entre los vecinos que lejos de quedarse cruzados de brazos, decidieron organizarse para afrontar juntos los nuevos desafíos a los que debían enfrentarse ambos pueblos.
Mariano Cardozo, más conocido como “Pacha», fue uno de los impulsores del “Comité de vecinos Autoconvocados” y nos cuenta cómo surgió este proyecto y el modo en que se fue adaptando a los nuevos desafíos que fueron surgiendo en el pueblo.
¿De qué trata la iniciativa?
Hace dos meses aproximadamente que tomamos la decisión con un grupo de vecinos autoconvocados de conformar el comité de emergencia.
El detonante. precisamente. fue el inicio de las medidas de aislamiento, momento en el que percibimos que los mayores podían estarse enfrentando a un gran riesgo. Más que nada teniendo en cuenta que en el pueblo no tenemos bancos, hospitales o insumos médicos, y la necesidad de resolver esta problemática fue eso lo que nos movilizó y nos hizo proponer nuestro primer desafío; poner un barbijo en la mano de cada adulto mayor.
¿Pudieron cumplir los objetivos que se plantearon?
Sí, afortunadamente nuestro primer objetivo logramos cumplirlo satisfactoriamente, gracias al apoyo de un gran número de vecinos que se coparon con la idea; muchos de ellos pudieron darnos una mano donando telas y otros insumos, mientras que algunas vecinas se contribuyeron con la confección de los barbijos en sí, que después pudieron ser distribuidos.
¿Cómo siguieron tras alcanzar esa primera meta?
Una vez resuelta esa primer problemática, nos dimos cuenta que había otras complicaciones que iban surgiendo. Por consiguiente, lejos de dar por terminado el problema, se decidió redoblar la apuesta y conformar diferentes comités para poder asistir de mejor manera a las nuevas necesidades de los vecinos, e incluso necesidades que ya existían de antes, pero que fueron agravadas por las circunstancias.
¿Cómo se organizan actualmente?
Actualmente están funcionando dos comité: el de Higiene y Salud y el de Ropa y Alimentos, pero siempre trabajando con flexibilidad para poder cubrir las nuevas problemáticas que puedan surgir entre la gente.
Desde el comité de salud, después de colocar satisfactoriamente un barbijo en la mano de cada abuelo vecino, decidimos ir más lejos y el dia de hoy logramos proveer a cada empleado del hospital Eva Perón, que es el único que tenemos en el Valle de Calamuchita, un barbijo, una cofia y una bata de prevención.
¿Cómo evalúan los resultados?
Yo creo que fue un acierto muy grande impulsar el tema del comité y muy bien recibido por los vecinos, sin dudas tuvo una excelente recepción.
Hoy en la organización conviven muchas ideas, a veces muy diferentes, pero todas en pos a seguir colaborando y lograr un mejor funcionamiento.
¿Cuál es el próximo desafío que se proponen?
Los desafíos son muchos y seguirán apareciendo. En estos pueblos vivimos del turismo y hay muy pocas actividades económicas por fuera del sector y por eso tenemos muchos vecinos que fueron muy golpeados por la crisis. Por el momento vamos a seguir.
Por ejemplo, desde el comité de alimentos iniciamos una campaña de donación que consiguió el aporte de cooperativas y supermercados, con las que pudimos proveer de un bolsón a los vecinos que más lo necesitaban.
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